Hoy descubrí que el ser imbécil no es lo que todos creemos, sino el que
necesita un bastón para caminar, es decir, apoyarse en lo ajeno.
¿Os habéis dado cuenta de que, aunque será una vez al día, somos imbéciles?
Dependemos de alguien para sonreír, cuando de verdad de quien tenemos que depender es de nosotros mismos.
Como sabemos, nos espera un largo camino juntos, en el que todos seremos así, nos cansaremos y tendremos que apoyarnos en alguien; Alguien que nos anime a seguir, a SONREIR.
No te avergüences de esto, sigue adelante con lo tuyo y no dejes que nada ni nadie sea capaz de arruinarte el día por miedo a ser imbécil.
Ana Belén del Prado
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